PKMD

BLOG

lunes, 3 de junio de 2013

Entrenamiento Técnico

A la hora de entrenar la técnica en el parkour, muchas veces nos movemos sólo con la intención de divertirnos o de pasar una buena tarde entre amigos y a penas nos preocupamos de lo fructífero que esté resultando el entrenamiento. Pero también hay ocasiones en las nos marcamos objetivos concretos que queremos lograr, movimientos o habilidades que buscamos aprender o perfeccionar y surge cierto interés por el rendimiento.


El rendimiento se define como el resultado en función del gasto (rendimiento=resultado/gasto), así ante un mismo resultado, pongamos por ejemplo lograr quedarnos en equilibrio sobre una barandilla tras recepcionar un salto de longitud, el rendimiento dependerá del tiempo y esfuerzo que hayamos empleado para lograrlo.


Quiero dejar bien claro que con todo esto no pretendo que nadie sistematice ni cuadricule sus entrenamientos, sino proporcionar una serie de consejos útiles para mejorar el rendimiento y prevenir las lesiones y el estancamiento.




Rendimiento motor hábil
Una habilidad se define como toda aquella capacidad aprendida para resolver un problema motor concreto, dando una respuesta eficaz y económica (un movimiento o salto para superar un obstáculo o distancia concretos). Y las aptitudes son aquellos factores que determinarán que una habilidad se vaya a desarrollar con mayor o menor facilidad (fuerza, flexibilidad, coordinación, agilidad, atención...).
De aquí se desprende que entrenar nuestras aptitudes físicas mejorará nuestro rendimiento técnico, la forma física y la técnica siempre van de la mano, pero debemos tener claro al entrenar esta última que el progreso debe orientarse en la búsqueda de la dificultad coordinativa y no en lograr grandes distancias, que serían el resultado de la conjunción del entrenamiento técnico con el físico.


También conviene tener presente que el objetivo no es el aprendizaje de gestos técnicos concretos, sino al aprenderlos contar con un recurso más para resolver problemas, es decir, superar obstáculos. Además, no debemos limitarnos rechazando aprender determinadas técnicas, ya que todo aprendizaje influye en adquisiciones motrices con características similares, y movimientos como las acrobacias u otros elementos que podamos considerar poco útiles a la hora de desplazarse, pueden llegar a tener un gran valor en el contexto del entrenamiento, ayudándonos a desarrollar una mayor conciencia propioceptiva y control sobre nuestro cuerpo e incluso a mejorar nuestra capacidad de aprender nuevas técnicas. Aprender siempre es positivo.




Variabilidad de la práctica
Si buscamos estar preparados ante cualquier entorno y situación, no debemos entrenar siempre en el mismo lugar y de la misma manera. La variabilidad la podemos entender a nivel de técnicas concretas en las que mantengamos los principios básicos pero que realicemos en condiciones diferentes (por ejemplo realizar un gato en obstáculos de distinta altura, anchura y forma) o al nivel del entrenamiento técnico en general.
Si bien es cierto que si estamos aprendiendo un nuevo movimiento al principio lo mejor es realizarlo siempre en las mismas condiciones, para llegar a dominarlo por completo deberemos ponerlo a prueba en diferentes entornos y situaciones.
Para introducir variabilidad en nuestro entrenamiento podemos, por ejemplo, tratar de pasar un mismo obstáculo cada vez de una manera distinta, viendo hasta qué punto podemos hacerlo sin repetirnos, o en la zona en la que estemos entrenando buscar el mayor número de recorridos posibles que podamos hacer.
Evitar ir siempre a los mismos lugares, entrenar con personas diferentes, salir cuando llueve o por la noche; entrenar descalzo, con los ojos vendados, en un entorno natural o cargando con algún objeto pesado; viajar y conocer el parkour de otras ciudades..., todo esto también aportará una importante variabilidad a nuestra práctica, mejorando la aplicabilidad del movimiento y la capacidad de adaptación, facilitando el acceso a nuevos aprendizajes y aumentando el nivel de atención cuando nos movemos, reduciendo así el riesgo de lesión.


Repetir un movimiento un número determinado de veces en el mismo sitio puede ser interesante como reto que nos podemos plantear: “Repetir tantas veces X movimiento sin fallar”, pero como entrenamiento técnico resulta muy improductivo, además de que favorece el estancamiento, con la repetición aumenta el riesgo de lesión al disminuir la atención que prestamos al movimiento y al suponer un estrés continuo y repetido sobre las mismas estructuras de nuestro aparato locomotor.
La realización del movimiento debe centrarse en mejorar su ejecución y no en lograr un número de repeticiones. Por lo que tampoco será recomendable emplear repeticiones de técnicas complejas como entrenamiento físico.




Estancamiento
A lo largo de su trayectoria, todo traceur pasa por etapas en las que percibe que aprende y mejora con mucha facilidad, y en otras en las que aparecen mesetas o descensos en el aprendizaje. Esto último es lo que se conoce como estancamiento.
Para evitar esta situación lo primero que tenemos que hacer es analizar cómo hemos llegado a ella:
-Si se trata de una pérdida progresiva de motivación que nos ha llevado a entrenar cada vez menos porque nos aburre hacer siempre lo mismo, lo mejor para solucionarlo es un cambio de aires. Buscar zonas donde nunca hayamos entrenado, entrenar con personas con una visión del parkour diferente a la nuestra, probar con otras disciplinas que puedan tener una transferencia directa al parkour (escalada, atletismo, gimnasia, natación...), en resumen: práctica variable para acabar con la monotonía y favorecer la motivación, la creatividad y la innovación.


-Si por el contrario entrenamos a menudo y nos sobra motivación para hacerlo pero hemos llegado a un punto en el que parece que ya no podemos mejorar más, es probable que nos estemos saturando y sea el momento de tomarse un descanso. Existe un fenómeno llamado reminiscencia por el cual tras un periodo de inactividad aumenta o mejora el rendimiento motor, ya que el descanso favorece el desbloqueo de las inhibiciones producidas por la saturación y permite la consolidación de lo aprendido en la memoria, mejorando su exteriorización.




Bilateralidad
Al ser el parkour una actividad que se desarrolla en el entorno, nunca encontraremos los obstáculos dispuestos de la misma manera, como en el caso de las vallas en una pista de atletismo. Esto quiere decir que si solo somos capaces de realizar las técnicas con nuestro segmento o lado dominante, tendremos una gran limitación al encontrarnos con situaciones en las que resultaría mucho más cómodo hacerlas por el otro lado o en las que directamente solo se puedan hacer así. Por ello, para lograr una preparación técnica lo más completa posible, deberemos llegar a ser capaces de realizar todos los saltos y movimientos por ambos lados.


Eso sí, es importante tener en cuenta que se aprende mucho más rápido y con menos errores si aprendemos la técnica primero con nuestro lado hábil hasta llegar a dominarla por completo y luego transferimos el aprendizaje al lado no dominante, que si tratamos de aprender la técnica desde un principio por ambos lados.




Miedo - Inhibición - Confianza
Con relativa frecuencia nos podemos encontrar con cierto miedo o inseguridad a la hora de hacer un movimiento o un salto en un lugar concreto con condiciones poco favorables (altura, distancia, superficie...). En algunas situaciones el miedo significará directamente que no estamos todavía preparados, otras veces puede ser que nos veamos con preparación suficiente y sea solo cuestión de concentrarse, o también es posible que aun siendo conscientes de que podemos hacerlo el miedo nos bloquee por completo. En cualquier caso saltar con miedo no es una opción ya que evidencia falta de preparación, sea en los aspectos que sea, y si no somos capaces de concentrarnos hasta hacerlo desaparecer o sentimos que no podemos hacerlo con total seguridad, lo más inteligente es dejarlo para más adelante.


Repetir un salto de características similares pero en condiciones en las que lo podamos realizar con seguridad y sin miedo podrá proporcionarnos información útil y demostrarnos que somos capaces de saltar esa distancia o realizar esa técnica; al reducir la incertidumbre el miedo también será menor. Pero lo curioso es que obtendremos mucha más información y de más calidad (también de manera menos consciente pero mucho más útil), si en lugar de buscar un salto parecido al que nos bloquea, nos centramos en realizar ese tipo de salto o técnica en los lugares y de las formas más diversos posibles, es decir, aplicando una vez más variabilidad al entrenamiento. Repetir muchas veces un salto parecido nos ayudará a realizar ese salto concreto cada vez mejor, pero el salto real al que nos enfrentamos siempre será distinto, nuevo, por mucho que se parezcan. Por eso lo que debemos hacer es dotarnos de los mayores recursos posibles aprendiendo a realizar la técnica en situaciones de lo más variadas, para que a la hora de realizar el salto en cuestión contemos con un rico bagaje con el que poder responder ante cualquier imprevisto o variación, permitiéndonos realizarlo con naturalidad y sin miedo al haber disminuido la incertidumbre al mínimo.


Otro aspecto que tener en cuenta, ya en el momento que nos hemos decidido a realizar ese salto concreto, es el calentamiento que le precede. Es importante que ese salto no sea el primero del entrenamiento, sino que realicemos varios similares mientras calentamos. Se trata de algo mental, deben ser saltos sencillos que vayan sumando confianza según los hacemos, evitando cometer cualquier fallo que pueda predisponernos a pensar que algo no va bien. Un pequeño tropiezo, hacerse de daño o no calcular bien la distancia de uno de estos saltos previos puede condicionarnos más de lo que parece a la hora de la verdad. Así si por ejemplo nuestro objetivo es hacer una distensión, podemos calentar haciendo distensiones progresivamente más difíciles hasta que nos veamos con confianza y valor para enfrentarnos a aquella que queremos hacer.




Práctica mental
Repetir mentalmente un movimiento, visualizarlo antes de hacerlo, analizarlo mientras lo vemos, o incluso leer la descripción de cómo se hace, puede considerarse práctica mental. Parece ser que esto no solo nos ayuda a entender o memorizar lo que tenemos que hacer, sino que además eleva el potencial de acción de los músculos implicados, predisponiendo al cuerpo a nivel fisiológico para realizarlo.
La práctica mental puede ser interesante para realizarla antes de aprender un nuevo movimiento, para partir ya con un cierto trabajo hecho; para corregir nuestros fallos al vernos en una grabación, o cuando atravesamos una lesión que nos impide entrenar pero no nos quita las ganas de seguir aprendiendo.


Tomás Ezquerra
Parkour Madrid
www.parkourmadrid.com
PKMD

No hay comentarios :

Publicar un comentario